-Yo tenía razón.
3 de diciembre, día número 337 del año. A solo 28 días del final, el doctor, justamente en su día, me iluminó. Y extrañamente no fue el contenido de la charla solapada en cerveza, sino la risa, que produjo la endorfina, que corre libre y desnuda tal John Lennon y Yoko Ono. Y comprendí, que yo tenía razón.
Un cerebro adormecido por la información confusa que recibe del exterior (y del interior), con sus sentidos más adormecidos aún, que contemplan por realidad lo más irreal de todo.
Respiro (y huele a jazmín) expiro y suspiro realizada. ¡Hoy se ve diferente!
Señoras mías, presas del hemisferio derecho, ¡El sur también existe! Y es increíble, la forma en que entender esto, les puede cambiar la vida:
Y empiezo así: Una fila de soldaditos apuestos y sonrientes, están preparados para atacar. Mientras esperan, despacito, comienzan a producir en el cerebro paso a paso de tanto suspirar, una sustancia llamada: FENILETILAMINA (estimulando al cerebro positivamente y haciéndonos sentir taaaan bien). Cuando se aburren, empiezan a jugar y entran en acción produciendo electricidad (descargas neuronales) y en todo este bullicio, el cerebro reacciona, mandando al organismo un e-mail que comunica lo siguiente: “Activar de forma inmediata los comandos del corazón, lo necesitamos latiendo más deprisa, 130 pulsaciones por minuto. La presión arterial sistólica, que suba, ¡Ahora mismo! ¡Grasas y azúcares libérense para aumentar la capacidad muscular! ¿Dónde están los glóbulos rojos? Necesitamos más de ellos en el campo para mejorar el transporte de oxígeno por la corriente sanguínea”
¡Y acto seguido, uno se siente enamorado!
Todo esto es un proceso lógico. Y por tanto entendible y perfectamente razonable. El tema es, que mientras todo esto está sucediendo a nivel cerebral, nuestra razón, se relaja, busca un panfleto que ofrezca vacaciones y se va de viaje a Panamá (No se donde escuché estas palabras hoy) y pretende, que esto dure para siempre. Pero resulta ser, que el organismo se vulve inmune y entonces el amor deja de llegarle, la química se mezcla con la física/o y uno descubre DE VERDAD al otro. Y en el día a día, se aprecian otras cosas que son un poco más que todo este quilombete de la cabeza.
Tengo una amiga que suele decir: - Del amor y de la muerte no se salva nadie. Yo le agregaría, que de los cuernos tampoco. Y concluyo con decirles que es mejor si nos centramos un poco más en esperar de una persona su compañía y respeto en este viaje que es la vida. Hay cosas que bellamente te va dando el tiempo y la experiencia y la valoración de cada cosa en cada etapa… ¡Es tan fácil verlo así hoy! Pero tan diferente de lo que entendía hace unos años/días atrás.
Amiga, espero que mi carta te sirva, y que de una vez por todas, el amor sea eso que te hace feliz!!!
