sábado, 28 de mayo de 2011

De qué voy a hablar?












Ya asumí que un día me voy a morir.
Ya sé que a nadie le importa realmente nada y que a todos, lo real nos despreocupa bastante.
Ya no me importa de qué marca son los jeans que tengo puestos, ni las veces que me llamen mis amigas en la semana; si tengo raíces; si la gente habla a mis espaldas.

Ya asumí que los gatos son malhumorados y se acercan por interés.
No me importa tener panza, ni mi cicatriz en la cabeza.
No me importa parece mala a veces, porque a veces lo soy.
Ya se que todo me aburre, salvo lo que no es posible. Salvo el desafío; el corto plazo. Salvo una o dos cosas en la vida.

Ya asumí que tengo la cara redonda. La cabeza retorcida y las alas mal cocidas. Que la nada, solo puede traer mas… nada! Y que un “ya va a pasar… “ significa que estás mas jodido de lo que imaginas.

Pero hay algo que no puedo entender… hay algo… que no puedo entender!!! Y eso es… esta sensación... que no se va… que no se cura con pervinox, ni con previas de fernet, ni con terapia, ni con café… y que da resultado a esta bitácora…

Me baño, mis manos intentan borrarte. Nada alcanza. Aunque no me hayas tocado más que con la mirada. Mientras trato duramente, inútilmente… de borrarte… me hago de recuerdos infinitos.

Me pongo crema. Me peino. Me visto, con algo que me quede bien. Me pruebo todo. Convino lo viejo con lo nuevo, lo clásico con lo fashion.

Ahora me pinto. Lavo mis dientes. Mientras imagino, a cada paso que estás conduciendo hasta mí. Ya casi es la hora! Y estoy ansiosa, lo puedo notar! El vendrá por mí y yo estoy lista.

Me pongo ESE perfume. Me como un chicle. Ya casi… ya casi es la hora!

Suena el timbre. Levanto el portero con mi mejor sonrisa. Me siento una princesa del nuevo siglo. Y espero, mientras camino hacia la puerta, encontrarme con tu mirada… y que no digas nada… solo tus ojos, intimidantes… metiéndose… hurgando… en lo poco que queda oculto de mí…

Llegaste… y te hablo… te miro… te agarro la mano… caminamos… nos reimos…

Y en un momento, veo la realidad… No sos vos…

NO SOS VOS!

Me pongo triste. Agacho la cabeza. Me quedo callada. Me duele la panza. Ya no quiero salir.

(Y ahora sí, el timbre suena…)

Me buscan, me llevan, me complacen, me traen. Pero yo sigo acá, o allá, con vos.

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