
Sus ojos se llenan de lágrimas.
Dá otra bocanada al cigarrillo.
Muy tranquila , muy señora y mujer por fuera me habla, aunque por dentro está gritando y dice:
- -Vos tenés una idea errónea de la felicidad. ¿Vos crees que en una pareja todos los momentos son felices? ¿Crees que yo conseguí tantos años de relación siendo feliz en todos los momentos? Vos porque te aburrís o te cansas o se te dá la gana y mandas todo al carajo… pero no… No es tan fácil… hay que ceder… hay que aguantar…
Mi cara está rígida. No hay sonrisa. Se me desarman las trenzas. Tomo un poco de ese mate, que en comparación con sus palabras… ya no está amargo. Y sigue:
- -No siempre vas a hacer lo que se te dé la gana… hay reglas que seguir, hay códigos que respetar.
Y traga saliva. Y traga veneno. Y casi casi se traga mis sueños de una relación perfecta.
(Utópicamente feliz frente a su postura, pero tan anhelada para… para… para Mi!)
Se Va.
La miro partir y ya no es la de siempre. La de antes. La de ayer.
Me quedo pensando.
Lloro por ella y por todas las como ella. Pero más por ella por ser importante para mí.
Lloro por mí, un poco. Pero más, y otra vez, por ella. Por no entenderme.
Su partida duele más que sus palabras. Porque ese autobús se lleva lo poco que queda de la dulce niña que conocí. Noto la distancia, el vidrio, el frío y la debilidad de una relación de 10 años… la que más me había durado!
Lo finito que era el lazo, aunque parecía fuerte! Tan fino que un simple, corto, distinto pero muy opuesto PUNTO DE VISTA la rompió…
Me regalé toda la noche del sábado y me quedé pintando. Pintando corazones en unas sillas de madera, y en una mesa. Pintando exteriores de fucsia, techos de blanco e interiores de rosa.
A las 7 de la mañana, con el pincel pegado en la cara me levanté del sillón donde me había quedado dormida, y noté, curiosamente… que mi casita de muñecas era de los mismos colores con los que estaba vestida…
Y me senté acá… para escribirte...
Y Si. Tenés razón. Soy una niña. Soy diferente.
Y si, creo en el amor para toda la vida. Creo que puede ser maravilloso. Sublime. El mejor de todos los sentimientos.
Y si. Como tenés razón. Como te amo con ese tipo de amor. Cedo. Para poder por una vez en mi vida mantener una relación en el tiempo, de esas a las que vos te referís. De esas en la que vos sos experta.
Y no. No tenés razón. No me canso. No me conformo… que no es lo mismo.
Y no. No tenés razón. Si tengo códigos. Pero son tan auténticos, que solo un auténtico puede entenderlos.
Y no. No tenés razón. Esta vez… elegí la opción más difícil, solo para hacerte feliz a vos. Porque en algún punto eso me hace feliz a mí. Y porque como dice mi madre…
“Solo el amor nos hace mejores personas”
3 comentarios:
Ecxelente Emi y muy profundo jugatela por lo que sentis
=)
bello Emi... Gracias por compartirlo conmigo.
Publicar un comentario