viernes, 10 de julio de 2020
Mis Amigos, Mis tesoros
La vida a los 12 años es sumamente satisfactoria, más allá de todo lo que pueda decirse, sobre todo en la época veraniega y cuando se tiene un club con pileta a cuadras de tu casa y un montón de amigos que viven a la vuelta de la esquina. Había que ir bien en la escuela para poder disfrutar del varieté de actividades que hacíamos con las 3B: Buenas, Bonitas Y Baratas, que al fin y al cabo, viéndolo hoy 20 años después, no son los grandes placeres los que cuentan, sino el saber aprovechar al máximo los pequeños momentos.
No sé si alguna vez llevé protector, creo que llevábamos el toallon colgado alrededor del cuello. Y a demás ¿cómo para qué? Si era llegar, y encontrarse, había algunos que en verdad nunca supe si se iban y venían o siempre estaban ahí, porque llegabas y ¡Ellos ya estaban! Se armaba el truco bajo el parral, en la mesa redonda de chapa con el hueco en medio de la sombrilla- que no había- donde algunos vivos se pasaban las cartas con la habilidad de un mago. A otros te los encontrabas por el camino, por ejemplo, si coincidía el horario en que mi hermano y yo comíamos, con el que "la PuPé" le daba de comer al Roli, o "La Moni" a los hermanos Torre o la Profe "Castro" a los hermanos Molina nos encontrábamos en el camino, o en la puerta del club y ya empezábamos esa tarde de arranque no más riendo o siguiendo en donde habíamos dejado la historia el día anterior. No sé si alguna vez llovió, creo que no, no era motivo para faltar, de ninguna manera.
Inventabamos toda clase de juegos y era tal la abundancia de amigos con quien uno congeniaba y pensaba idénticas cosas que jamás te aburrías. Nos pasamos a veces la noche entera hablando, mucho buen humor y toneladas de chistes tontos ¡Y hay que ver cómo nos festejabamos las bromas!Todo más que suficiente para pasarlo bien.
Nos peleábamos, y abuenabamos con la rapidez de un pestañeo y como somos de pueblo ¡qué manera de chusmear! -creo que eso no lo hemos perdido-.
Si uno se sentía solo, bastaba agarrar la bici y pedalear un par de cuadras, un par de casas, "Toc-Toc" y ya se tenía un compañero para ir a jugar. La libertad de tener la única responsabilidad de colgar la maya al llegar a casa, hacer buena letra para que nos dejaran volver a salir a la nochesita para ir a uno de esos bailes que se armaban ¡dale que va, no podía faltar ninguno de los 50 que éramos, eh!
Nos hicimos tan populares por la camaradería y diversión que cada verano llegaba más gente, aunque no viviera cerca, aunque en vez de un "cruzado" fuera "perro" lo recibíamos como a todos los demás -Bueno, casi-.
Cuando se siente la cabeza cansada y en algún punto, algún indicio susurra que me estoy poniendo vieja, siempre vuelvo a ese recuerdo y sonrío y me río de las mil anécdotas que no entran en éste escrito. Me meto en la máquina del tiempo, cierro los ojos, y estoy ahí con todos ustedes una vez más... y soy ¡tan feliz!
Dicen que uno recuerda aquello que le marcó la vida de algún modo y que mientras se recuerde las personas siguen estando dentro del corazón .Gracias por estar entonces y Gracias por estar aún.
viernes, 3 de julio de 2020
¡TE EXTRAÑO!
Yo Amo las palabras, sobre todo esas que suenan exquisito. Me pueden, no sé por qué, en específico, las que contienen “X” o “Ch”.
Cuando las pronuncio trato de marcarlas, porque siento que mi oído se sonríe.
Las palabras tienen poder, ya se ha demostrado, para bien o para mal pueden generar una frecuencia vibratoria sanadora incluso, cuando éstas son positivas, .
Me gustan las palabras escritas de puño y letra, sobre un papel. Me recuerdan las cartas de amor que alguna vez escribí, unas veces con las líneas corridas por las gotitas de lágrimas, otras con las letras corridas porque le poníamos perfume y… el que alguna vez lo hizo, sabrá cómo termina eso.
Lo magnifico de las palabras sentidas, es que no importa cuándo lo dijimos, ni si marcamos mucho o no alguna “X” que por ahí apareciera, es que si o si, quedan en la memoria colectiva del universo en el que nos movemos, y que por "causalidad", llegan de algún modo a percibirse nuevamente cuando la persona nos recuerda.
Ésta es mi palabra de hoy: EXTRAÑAR.
Te extraño, pero no como se extraña a lo que no se puede ver, te extraño con tantas “X” que no las puedo contar. Camino, me muevo. ¿Y Vos? Ya no estás, pero si estás.
Te extraño mientras trascurre el día, y te cuento las historias que ya has escuchado miles de veces, esas sobre las que me vuelvo a enojar cuando las recuerdo y me apasiono con rabia para poder explicarte mejor. Me giro, y no te encuentro, y te extraño.
Sé que no vas a llegar, pero pongo el agua, y que no se hierva, para tomar un buen mate, mientras te cuento sin hablar todas las cosas que estoy pensando. Me descuido, me cuelgo, Se hierve el agua, y claro, si te extraño… y estaba tan compenetrada en nuestra conversación.
Me enojo, un poco, no quiero extrañarte. No tanto. Y miro alguna foto, sonrío, me imagino que decís algo que no entiendo, y me lo explicas mientras sigo sin entender, porque me pierdo pensando que me sigue encantando tu nariz.
Te extraño, y te extraño más, porque ya te extrañaba de antes. ¿Me siento sola? ¡No! ¿Me siento triste? ¡No! ¡Solo te extraño!
Escucho alguna canción, una letra magnifica, un ritmo divertido y te busco con la complicidad de quien te conoce, pero no estás, eso ya lo dije, y te extraño! Pienso ¿qué estarás haciendo? O si habrás comido..? Aunque posiblemente no te lo demuestro, eso es lo que pienso.
Y me pregunto, ¿Por qué vivimos ocultando cosas, o mejor dicho, por qué no vivimos diciéndolas?
...Y en el fondo sonrío por decirte que te extraño, y porque sé por qué te extraño… y porque sé, que aún me queda mucho más por extrañarte!
Mi niña interior.

Yo siempre lo supe, que más que al niño, debía buscar al adulto interior, porque siempre sentí que mis formas estaban dirigidas por una "miniyo", dando las órdenes aquí dentro. Ahora se, que ¡es cierto! Que existe y jamás me abandonará.
Me imagino, juntando hojas de un otoño siempre nostálgico y tirándolas hacia arriba. El disfrute de las hojas secas golpeándome la cara. Salir a correr bajo la lluvia, con la emoción de quien vive en Mendoza, y eso sucede raras veces al año. Saltar en los charquitos y cantar y reír.
Ir de visita a alguna casa, porque siempre la visita es atendida con alegría y amor. ¡La sorpresa de vernos! Ver otras caras, otras formas, otros olores a comida diferente, que te abren la puerta de la imaginación sobre la vida de esas personas.
La bici. Los disfraces. La música, el baile, los cumpleaños, los amigos. La inconstancia de sostener una sola cosa en el tiempo. Una niña curiosa, queriendo ver siempre ¿Qué más hay? ¿Cómo es jugar al Volley, handball, básquet, y al softball? ¿y que tal nadar? Danza Clásica, Folklore, Tango, Coro, Guitarra, Fotografía, Modelaje y un sin fín de actividades artísticas y de expresión vividas con el pie en el acelerador. Como un tigre lleva tatuadas sus rayas, siempre pensé que son marcas, una por cada experiencia intensa, que se llevan puestas en la piel.
Una niña independiente pero complaciente, queriendo ser aceptada, y amoldándose a las circunstancia. Una niña inquieta, aunque a la orden de lo productivo.
Me cruzo los brazos, frunzo el ceño, y saco la trompa. Sólo que ésta vez, no agacho la cabeza.
Hoy me enfrento a ésta niña y le digo: Tranquila mi vida, sos libre, sos perfecta tal y como sos y nadie debe decirte que "Lo hiciste bien!". Yo te aplaudo, te beso, te acompaño. Yo te celebro en cada uno de tus pequeños y grandes logros.
Hoy quiero ser como soy. Sin ataduras ni esquemas. Hoy soy libertad y disfrute. Hoy soy danza bajo la lluvia de verano, que moja pero no resfría. Hoy soy el torbellino, pero dentro de las hojas, que ya no caen, sino que me envuelven, suben a mi alrededor en un espiral, y entre ellas, también hay un polvo dorado de hadas y duendes, de miles de partículas brillantes, de estrellas, que me elevan!
Gracias, Lo siento, Perdoname, Te Amo.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)
